Páginas

martes, 30 de junio de 2020

El Patriarca Ecuménico habló sobre la posible conversión de Santa Sofía en mezquita


La conversión de Santa Sofía en mezquita es un asunto del que se ha hablado mucho. En el contexto de las discusiones que han tenido lugar sobre este tema, nuestra Modestia ha expresado repetidamente la postura del Patriarcado Ecuménico y sus hijos espirituales de todo el mundo. En 2016 incluso enviamos una carta al a la sazón director de Asuntos Religiosos, el Prof. Mehmet Görmez, a quien le expresamos nuestra preocupación por la propuesta de alteración del estatus de Santa Sofía, y subrayamos que este monumento único tenía un valor sagrado para las dos religiones monoteístas porque había servido de lugar de culto durante 900 años para los cristianos y 500 para los musulmanes. Concluíamos esa carta diciendo que considerábamos perjudicial que Santa Sofía -que, debido a su dedicación a la Sabiduría de Dios, es un punto de encuentro y fuente de fascinación para los fieles de ambas religiones- se convirtiera en pleno siglo XXI en motivo de confrontación y conflicto.

El templo de la Sabiduría de Dios es sin duda uno de los más significativos monumentos clásicos de la civilización universal. Lo «clásico» es aquello que siempre trasciende los límites del pueblo y época que lo crearon y no pertenece solo a quien lo posee, sino a toda la humanidad. En este sentido, el pueblo turco tiene la gran responsabilidad y el gran honor de poner en relieve la universalidad de este exquisito monumento. Como museo, Santa Sofía puede funcionar como lugar y símbolo de encuentro, diálogo y coexistencia pacífica de pueblos y culturas, de comprensión mutua y solidaridad entre el cristianismo y el islam, lo que es extremadamente vital y benéfico para el mundo contemporáneo.

En estos días de acaloradas discusiones acerca de este asunto, un notable periodista turco escribió que, aunque se está pidiendo la devolución de Santa Sofía al culto divino, parece que la juventud está más volcada en las artes y la cultura. ¿No debería este cambio de la juventud ser motivo de preocupación para todos nosotros? ¿No deberíamos nosotros también volvernos hacia los principios comunes, hacia los ideales que unen a la juventud de ambas religiones, iniciativa que salvaguardaría un futuro mejor para la humanidad, en vez de subrayar y reavivar asuntos que causan divisiones y tensiones? La conversión de Santa Sofía en mezquita decepcionaría a millones de cristianos de todo el mundo, y Santa Sofía -que, debido a su carácter sagrado, es un centro vital donde Oriente abraza a Occidente- fracturaría a estos dos mundos, máxime en un momento en el que la humanidad afligida y sufriente a causa de la pandemia mortal del nuevo coronavirus necesita unidad y una orientación común.

Pronunciado en la Iglesia de los Doce Apóstoles de Feriköy (Constantinopla) el 30 de junio de 2020