Se ha reunido en Sinaxis, a invitación y bajo la presidencia de Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé, del 29 de agosto al 2 de septiembre de 2015, en la Iglesia de la Santísima Trinidad de Pera en Constantinopla, la venerable Jerarquía del Trono Ecuménico junto a los Obispos de las Iglesias Autónomas de Finlandia y de Estonia, así como los ucranianos y carpato-rusos que se encuentran bajo su protección canónica.
Durante la Sinaxis fueron examinados a través de detalladas conferencias (siendo la primera la de Su Santidad), temas como la preparación del Santo y Gran Sínodo Panortodoxo, los diálogos con las otras Iglesias y Confesiones Cristianas, la Bioética, la protección del ambiente, etc. Con particular interés fue examinado el problema migratorio, con sus implicaciones pastorales, humanitarias y de otra índole.
Por unanimidad, la Sinaxis de la Jerarquía del Patriarcado Ecuménico, proveniente de todos los rincones del mundo, en vista de los acontecimientos recientes, dirige a propios y extraños una invitación a respetar la sacralidad de la persona humana como administradora/ministra de la creación que tiene también de parte de Dios el mandamiento de custodiarla. Por lo que respecta a la humanidad, la Sinaxis rechaza cualquier tipo de violencia, de fanatismo, de desacralización por parte de quienes piensan en el hombre como objeto que se puede instrumentalizar.
La Jerarquía del trono Ecuménico, en las situaciones actuales, con gran preocupación y profunda tristeza constata que también hoy Cristo es crucificado y que poblaciones cristianas autóctonas de Medio Oriente y África, con una rica herencia y contribución cultural, son obligadas, bajo la presión y la violencia de los fundamentalistas religiosos, a abandonar sus propios hogares familiares y, como refugiados -igual que Cristo, perseguido por Herodes, huyó a Egipto-, a buscar la seguridad acogedora del Occidente, dejando en ruinas los monumentos de la propia cultura, que fueron respetados durante siglos.
Frente a esta realidad trágica, la Gran Iglesia de Cristo, recordando sus propias desventuras, se muestra solidaria hacia tales comunidades cristianas, defiende ante los Organismos internacionales el derecho de cada pueblo a adorar libremente al propio Dios y proclama que la religión debe unir a los pueblos y a las culturas y construir un presupuesto de civilización y humanidad.
Asimismo, los Obispos del Patriarcado Ecuménico dirigen su mirada y su oración hacia los miles de hermanos nuestros que se encuentran en parecidas condiciones en Ucrania, y rezan para que cesen las divisiones y prevalezcan la paz y la unidad del piadoso pueblo ucraniano, que recibió la fe y el bautismo de la Madre Iglesia de Constantinopla.
Todos los Obispos de manera conjunta envían sus bendiciones a los fieles de sus respectivas Eparquías de la Iglesia Primada de todos los rincones del mundo, así como a “toda alma cristiana ortodoxa”, junto a la expresión de su respeto hacia los beatísimos Primados de las Iglesias Ortodoxas y el deseo de que tenga lugar durante el año que viene el Santo y Gran Sínodo de nuestra Santa Iglesia Ortodoxa.
Desde el Patriarcado Ecuménico, a 2 de septiembre de 2015
Fuente: Sacra Metrópolis de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico)