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martes, 14 de abril de 2015

Encíclica Patriarcal para la Santa Pascua 2015


+BARTOLOMÉ
 
POR LA GRACIA DE DIOS
ARZOBISPO DE CONSTANTINOPLA-NUEVA ROMA
Y PATRIARCA ECUMÉNICO
 
A LA PLENITUD DE LA IGLESIA GRACIA, PAZ Y MISERICORDIA
DE CRISTO RESUCITADO GLORIOSAMENTE
 
Hermanos concelebrantes e hijos amados en el Señor:
 
¡Cristo ha resucitado!
 
Todos los creyentes ortodoxos que celebramos este año con alegría la resurrección de nuestro Señor Jesucristo cantando: "celebramos la mortificación de la muerte, la liberación del infierno, las primicias de la vida eterna y con regocijo alabamos la Causa" (Tropario del Canon de la Resurrección).
 
Y mientras nosotros celebramos con alegría la Resurrección del Señor, como un hecho de la vida y la esperanza, a nuestro alrededor, en el mundo, escuchamos los gritos y amenazas de muerte, que disparan desde muchos puntos de la tierra aquellos que creen que pueden resolver las diferencias entre las personas asesinando a sus contrarios, hecho por lo cual demuestran la mayor prueba de su debilidad. Porque, al causar la muerte de otras personas, mediante la búsqueda de venganza contra el otro, el diferente, el mundo no se mejora, ni se resuelven los problemas de la gente. Es, de hecho, reconocido, sobre todo por las personas normales, que el mal se vence por el bien y nunca por el mal.
 
Los problemas se resuelven por el reconocimiento del precio del valor de la persona y el respeto a sus derechos. Y viceversa, de todos los problemas de las clases creadas y exacerbadas por despreciar a la persona humana y pisotear sus derechos, sobre todo a los débiles, que deben ser capaces de sentirse seguros y los fuertes justos para que haya paz.
 
Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y ha demostrado de esta manera que la debilidad de la muerte prevalece y trae variación constante en el mundo. Las situaciones creadas a través de la muerte son reversibles, ya que, a pesar de las apariencias, es temporal, no tiene raíz ni vitalidad, mientras que Cristo es invisiblemente presente siempre derrotando la muerte.
 
Nosotros, los que tenemos esperanza en Él, creemos que el derecho a la vida pertenece a toda la gente. La Vida y Resurrección ofrecidas por Jesús, que pisoteó la muerte por el pueblo, y sólo en Él y Su enseñanza debe esperar el hombre. La fe en Cristo nos lleva a la Resurrección, a la resurrección de todos nosotros, la fe y la ejecución de la enseñanza en nuestra vida conducen a la salvación de todos nosotros, y también al enfrentamiento de nuestros problemas en el mundo.
 
Hermanos e hijos:
 
El mensaje de la Resurrección, la superación de esta debilidad humana es la predicación de la vida contra el desgaste del mundo y de aventuras humanas, y convocamos desde el Patriarcado Ecuménico, nosotros, por la gracia de Dios, Primado en verdad del amor ortodoxo, a cada hombre a reconocer y hacer posible, sintiendo que sólo a través de él se vuelve a "la esperanza robada" por la confusión humana.
 
Que la luz de la Resurrección ilumine los corazones de todos con amor, paz y concordia en el Hijo y Verbo de Dios, que es la luz del mundo, la Verdad y la Vida.
 
Al Señor de la gloria Resucitado de entre los muertos, al que domina la vida y conquista la muerte, al que vive por los siglos, y regala la vida a los que yacen en las tumbas sean la gloria y honor y agradecimiento. Amén.
 
Fanar, Santa Pascua, 2015
 
† Bartolomé de Constantinopla
 
 
Fuente: Sacra Metrópolis de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico)